Tras conocer Rabat, enfilamos de nuevo en tren, camino hacia el sur a unos 150 kilómetros; dirección: la mayor urbe de Marruecos, Casablanca.
Casablanca desde la de la estación
Casablanca es la mayor ciudad de Marruecos y una de las tres más grandes de África. Con casi 9 millones de habitantes, es la capital económica del país. Casi todas las industrias marroquíes están aquí afincadas, así como las empresas que invierten en Marruecos. Y a pesar de esto, como dice el dicho, no es oro todo lo que brilla.... En esta tremenda urbe, habrá barrios de todo tipo: lujosos, viejos, humildes, etc., pero yo sólo ví el propio centro de la ciudad, atravesado por la Avda. Mohammed V (sí, como Rabat se ve que allí es como las Avdas. o Plazas de España aquí). Y a pesar de que podía ser una ciudad muy interesante por la cantidad de edificios coloniales franceses que conserva, la dejadez, la suciedad, y la desidia la han convertido en una ciudada incómoda para la visión del visitante.
Casas Coloniales en el Bulevar Mohammad V
Aspecto descuidado de la ciudad
Más casas coloniales degradadas
No todo es gris y descuidado. Correos y TelégrafosAsí es no lo quería nombrar así, pero el encanto de Casablanca está sólo en el nombre de la ciudad y en la película. Casablanca es una ciudad fea, sucia, enormemente descuidada, y encima en muchas zonas algo maloliente. Quizá sea porque veníamos de Rabat o porque se parte con la idea del encanto que destila el nombre de Casablanca, la ciudad decepciona muchísimo. Pero bueno siempre de lo malo se saca algo bueno ¿no?, pues aquí tambien.
Puerta de entrada a la ciudadela de la Medina
Zoco de la Medina
La ciudad está salpicada de viejos edificios coloniales franceses, últimos restos de la Casablanca que veíamos en la película de Víctor Fleming. Se aglutinan especialmente en la zona baja del centro, cercano ya a la Medina. La Medina, aún amurallada, es otro lugar interesante de la urbe. Dentro podemos ver el zoco, y quedarnos encantados por la maraña de callejuelas estrechas y pequeñas, que con las tiendas parece que se haga de noche. Multitud de pequeños restaurantes asoman en estas calles, en uno de los cuales me ventilé un delicioso Tajín de ternera. El tajín es uun plato típico marroquí que consiste en un asado de carne, verduras y patata, bastante espaeciado todo ello, y cocinado en barro. El placer de desgustarlo solo es comparable al de verlo u olerlo (verlo lo podeis ver en la foto).
Tajín de ternera con una ensaladita y rica torta de pan
Tras la comida, andamos para bajarla y llegamos al mismísimo Puerto de Casablanca, el más importante de África, desde ahí enfilamos recto para visitar la Gran Mezquita de Hassam II. Antes de llegar a ella, obligado sitio de paso: el Rick's Café, el lugar donde la realidad y la ficción de esta ciudad se tocan (seguirá tocandola aún Sam?).
Rick's Café de Casablanca
Gran Mezquita Hassan II
La Gran Mezquita de Hassan II. La mayor y más lujosa mezquita de todo el Islam. Imponente edificio que tardó unos 10 años en construirse. El más importante monumento de la ciudad a pesar de contar apenas con una década de vida. Para su construcción se importaron materiales desde lugares remotos del continente. Su alminar, puede verse casi desde cualquier parte de Casablanca. Su fachada noroeste se mete en el océano. Una de las edificaciones más impresionantes que el ojo humano puede ver, y quizá gran razón para visitar Casablanca. Las fotos os detallarán mejor el monumento, con palabras es difícil describirlo.
Cuerpo de la Mezquita y arcada principal
Imponente alminar
Exótica imagen
Una vez visto el edificio, y aún boquiabiertos, volvimos a la Gare de Casa Voyageurs (u sea la Estación de trenes para pasajeros), para coger el tren que nos llevara al Aeropuerto Mohammed V de Casablanca, que dista del centro uno 85 kilómetros (para que os deis cuenta de lo vasto que es esta ciudad), para allí, coger el avión y poner rumbo a Sáhara Occidental, a El Aaiún.
Un saludo.